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Juan acudió a Buba con la boca muy dañada. Había perdido la mayoría de sus dientes y apenas podía sonreír en público. La inseguridad le afectaba hasta en reuniones familiares.

En solo un mes recuperó su sonrisa con una prótesis completa. Hoy come sin miedo, sonríe sin ocultarse y vuelve a sentirse él mismo en cualquier situación.

Antonio llevaba años con una dentadura muy deteriorada. Evitaba los alimentos duros y se resignaba a una dieta blanda. La vergüenza le impedía incluso salir a cenar fuera.

Ahora disfruta de cualquier comida. Su prótesis Buba® le da seguridad al masticar, hablar y reír. Recuperó el apetito y, sobre todo, la confianza en sí mismo.

Carmen había perdido algunos los dientes. No podía pronunciar bien ciertas palabras y se sentía incomprendida al hablar. La situación le producía aislamiento social y tristeza diaria.

Con su nueva prótesis, volvió a hablar con claridad y naturalidad. Recuperó conversaciones, confianza y el placer de compartir su sonrisa con quienes la rodean.

Sonia llegó con encías muy desgastadas y solo cuatro piezas dentales. No recordaba la última vez que mordió una manzana con normalidad. Su expresión se veía apagada y cansada.

Hoy presume de sonrisa firme y natural. La prótesis le devolvió el soporte facial y la seguridad de comer todo tipo de alimentos con absoluta tranquilidad.

Pedro había perdido piezas poco a poco. Terminó por dejar de reírse en fotos y evitaba encuentros con amigos. La falta de dientes le restaba confianza en sí mismo.

Con su prótesis completa recuperó la estética y la función. Ahora sonríe sin complejos, disfruta de comidas sociales y se siente mucho más seguro en cada momento.

Jose Luis llegó con todos los dientes muy dañados. Apenas podía masticar y sufría molestias diarias. Había dejado de comer carne y ciertos alimentos que tanto le gustaban.

Con una prótesis sobre implantes, ahora disfruta de carnes, frutos secos y cualquier plato. Recuperó comodidad, estabilidad y una sonrisa natural que lo acompaña en cada reunión.

Marta no tenía dientes inferiores. Su mandíbula se veía hundida y su rostro había cambiado con los años. Eso la hacía sentirse mayor y poco reconocida frente al espejo.

Con su nueva prótesis, su expresión volvió a ser más joven y vital. Volvió a sonreír en fotografías familiares y a sentirse plena consigo misma.

Manuel había sufrido varias extracciones seguidas. Se quedó sin poder comer con normalidad y dependía de cremas o comidas blandas. Se sentía frustrado cada vez que se sentaba a la mesa.

Con la sobredentadura, recuperó la fuerza al masticar. Ahora come todo tipo de platos, ríe sin temor y asegura que volvió a disfrutar de la vida cotidiana.

Luis llevaba prótesis muy antiguas que ya no ajustaban. Tenía miedo de que se moviesen al hablar. Esa inseguridad la llevó a evitar conversaciones largas y reuniones sociales.

Con su nueva prótesis Buba®, volvió a hablar con seguridad. Recuperó naturalidad en la sonrisa y se sintió cómoda en cualquier encuentro con familia y amigos.

Iván perdió la mayoría de sus dientes con los años. Masticar era incómodo y su digestión se veía afectada. Notaba también que su cara se veía más hundida.

Con prótesis completas recuperó volumen facial y fuerza al comer. Hoy disfruta de la comida y de la estética natural de una sonrisa renovada y segura.

Ángel llegó sin piezas superiores y apenas podía sonreír. Se sentía incómodo en su trabajo porque debía hablar a diario con clientes y no lograba expresarse con naturalidad.

Con su prótesis completa recuperó seguridad al hablar. Ahora sonríe frente a todos con confianza y puede comunicarse sin miedo a que su boca lo delate.

Lucía tenía los dientes muy deteriorados y con movilidad. Evitaba las comidas largas porque siempre terminaba con molestias y vergüenza. No recordaba lo que era reír con naturalidad.

Hoy disfruta de su prótesis estable y estética. Vuelve a comer tranquila, se siente joven otra vez y ha recuperado las ganas de sonreír en público.

Ramón llevaba años sin dientes inferiores. Se había acostumbrado a triturar la comida y había perdido peso. Decía que lo peor era no poder disfrutar de un buen bocadillo.

Con prótesis sobre implantes, volvió a comer bocadillos, carne y todo lo que le apetecía. Su peso se estabilizó y recuperó su alegría de vivir.

Mercedes evitaba las fotos familiares porque no quería mostrar su boca sin dientes. Eso le hacía sentirse apartada en celebraciones y le restaba confianza con sus hijos.

Ahora sonríe en cada fotografía. Con su prótesis completa recuperó estética y comodidad. Su familia asegura que volvió a ser la misma de antes, alegre y cercana.